sábado, 18 de agosto de 2007


Cooperativas, ¿para qué?
Frente a las duras realidades de la vida y al cruel desamparo de la gente frente al sistema bancario, unos hombres audaces decidieron buscar otra manera de pensar que pudiera abrir un nuevo camino para que la gente tenga un buen instrumento para resolver sus problemas.

Invitaron a depositar sus pequeños ahorros, a sus familiares, vecinos, amigos para que uno tras otro pudiera edificar una fuerza económica y después de un cierto tiempo tener acceso a este nuevo sistema cuya meta principal no era el lucro sino la ayuda mutua.

Era muy difícil para la gente del pueblo tener acceso a los bancos. Los bancos siempre exigían garantías que mucha gente nunca podían entregar. Además, para sus fines lucrativos, tampoco era importante para los bancos prestar pequeñas sumas de dinero a su clientela. En las cooperativas los socios serían los dueños de la Institución y el dinero estaría al servicio de ellos.

Necesariamente había que tener algunos principios y reglas para que funcionara adecuadamente. La autoridad máxima estaría en la base de la pirámide y no en la punta como sucede con los bancos ya que los dueños son los mismos socios. Esta fuerza económica, nacida de sus socios, estaría manejada por sus socios y al servicio de ellos.

Naturalmente, había que formar socios para esta nueva ideología, es decir tratar de que los socios pensaran de una forma diferente. A más unión ideológica, más fuerte crecería la institución. Es como una soga, de los pequeños hilos nace la resistencia de la soga.

He querido, estimados socios, presentar algunas ideas que pudieran ayudar a comprender mejor lo que somos y lo que deseamos construir desde que hemos nacido. Es lindo ver en varios países como es sistema cooperativo ha adquirido una fuerza extraordinaria y hasta ciertos bancos temen su presencia en medio del pueblo.

¡Siempre adelante, estimados socios!

Texto: Hno. Bernardo f.c.


HNO. BERNARDO BOULAY TURNER F.C. UNA VIDA AL SERVICIO DEL PRÓJIMO